miércoles, 21 de noviembre de 2007

Desde Bicimanía

Los amigos de Bicimanía, a través de un correo electrónico, están planificando un paseo Carenero-Chuspa-Carenero para este sábado 24 de Noviembre. Lo divertido del asunto es la introducción al correo, Carlos no puedes escaparte!!! vean:

Jóvenes:
Nuestro explorador Carlos Pimentel está promoviendo el paseo Carenero-Chuspa del sábado 24 de noviembre, pero como siempre su GPS y/o brújula andan un poco mal. No se dejen engañar, el lugar de encu
entro no es el "Solar de Llano". Si ustedes van a las Mercedes nunca encontraran una arepera con ese nombre, pues sencillamente no existe.
El lugar de encuentro se llama "La Casa del Llano" y El Solar del Este (la otra arepera cercana), no será el punto de encuentro en esta oportunidad, pues según parece algunos opinan que es un lugar sin bulla (entiéndase ruido)... es decir, que no tienen nada en contra de la calidad de las arepas del "Solar del Este"... es solo
que les parece un lugar como muy "tranquilo" para desayunar a las 5:30 am. Recuerden además, que este señor Pimentel, describe las rutas de una manera muy "sui géneris". Por ejemplo, a una subida arrechísima la llama "falso plano"... que metras!!!... eso se debería llamar mas bien un “ plano embustero" Su cuenta kilómetros marca en millas, por lo tanto, las distancias siempre le parecen cortas. Además, ahora nos relata la cosa en varios idiomas como para confundirnos aun mas y eso no es todo... al final termina diciendo: "TEN LA CONFIANZA EN TI MISMO Y VE POR ELLO"... si claro, ahora nos viene con una de Gandhi... (José M. Casas).

Cómo dirían en el pasado: conócelo pueblo!!!

Mas de la 10K Nike



Amigos, en la pagina de Dynamic Studios encontrarán algunas fotos del evento.

martes, 6 de noviembre de 2007

En el Séptimo Día!

(Relato: Diego Delgado. Fotos: Camilo Delgado)

Prólogo


Domingo, 4 de noviembre. Luego de los mensajes de texto y llamadas telefónicas de rigor, nos encontramos en San Antonio a las 9:15 AM. El grupo estuvo conformado por: JulioZC (Julio), ZAG (Alejandro), Régulo, Juan Pablo, ZJamis (Lago), Alejandro Crisman (The Camera Man), Camilo Delgado (Slick-una vez más rodando en tierra con sus cauchitos para asfalto) y Diego (Just Diego).


A las 9:30 am, con espectacular sol dominguero salimos del estacionamiento de Los Castores y nos dirigimos formando un compacto pelotón hacia el pueblo de San Antonio. Posteriormente, en El Sitio, tomamos la vía de El Faro. Aquí comenzó la subida, pero eso no fue obstáculo para nuestros emprendedores y esforzados ciclistas.


El cuento


Cuando llegamos al sector El Faro nos detuvimos para reunir el grupo. Allí The Camera Man realiza un revisión a su bici ya que venía percibiendo un ruidito extraño, éste resultó ser un radio roto en la rueda trasera. Así, le sugerimos que nos paráramos más adelante, en una zona sombreada y más alejada de la carretera, para hacer la reparación.


Quinientos metros más adelante, junto a la entrada de una urbanización, se encuentra el inicio del camino de tierra que nos llevaría a las picas. Mientras The Camera Man hacía los ajustes necesarios, un grupo de ciclistas de San Antonio se presentó, conversamos un poco (nos dieron un dato bien bueno acerca de un fabricante de maillots en Caracas “Pregúntale a Boris”) y siguieron su camino hacia la ruta que pronto recorreríamos.



Luego de la reparación, la foto de ley, la barrita de cereal para ZJamis, la expulsión de líquidos y el chalequeo de costumbre, por fin empezamos a rodar en el camino de tierra.


Un poco más adelante empiezan las bajadas, la primera algo técnica para la mayoría de nosotros, solo ZJamis y The Camera Man la encadenaron con facilidad. El resto entre a pie y bici, llegamos. Régulo hizo gala de su estilo agresivo y abrió una nueva ruta paralela al camino y más

directa.



Empezaron las preguntas tipo:


- ¿Y, el camino es así todo el tiempo?

- ¿La pica es como la bajada del mechurrio?


Seguimos por el camino, entre cárcavas, huecos, piedras y, sobre todo, lamentablemente, el implacable: jalapa´trás. Llegamos a la primera pica y todo el mundo empezó a bajar el asiento y a encomendarse. Régulo insiste en que los pro no bajan el asiento:


-¿Tú crees que en las carreras se van a parar a bajar el asiento cada vez que ven una pica?


Otros comentan:


- Esto es peor que el mechurrio.

- No vale, un pelo más larga y con más piedras nada más...!



(Aquí The Camera Man en acción. Para variar, a ZJamis sólo se le ve la rueda trasera con suerte)

(Para que sigan metiéndose con las rodilleras del FOS. ¡Ni un rasguño!)

(Juan Pablo entrompando la pica)
(Régulo bajando como los pros, sin bajar el asiento)

(Juan Pablo y ZAG en plena faena)

(El ZAG demostrando sus habilidades en la bajada)

(Terminando la primera pica)

Todos pasamos la primera pica sin mayores contratiempos, unos conatos de caída, unas derrapadas, pero pasamos. Luego, otro tramo de camino plano y a bajarse de la bici para treparse a una piedra, hacer cadena humana y pasar las bicis al otro lado del barranco.

(ZJamis empieza con la quejadera:Diego, devuélveme mis reales)


Continuamos por el camino y nuevamente nos topamos con otro pasito borrascoso, una vez más la colaboración de todos lo hizo más sencillo.



Y llegó la última bajada: ya a estas alturas cada centímetro cuadrado de piel de nuestros brazos y piernas estaba cubierto de finos hilos de sangre, cortesía del jalap´atrás. Luego de decidir no subir hasta el comienzo de la pica, nos lanzamos por la bajada que nos llevaría a la carretera. Lamentablemente, faltando unos cien metros para terminar el descenso, la fatalidad nos alcanzó y se ensañó con Régulo. En un punto muy rápido de la bajada hicieron su aparición las inefables cárcavas y los huecos, haciendo realmente complicado el manejo de la bici; así las cosas, Régulo no pudo evitar un hueco que parecía fácil de sortear a simple vista, desafortunadamente, la rueda delantera de su bólido se clavó allí y no hubo nada más que hacer: bicicleta trancada, vuelo por encima del volante, caída y gritos de los testigos.

Régulo se levantó muy sereno:


- ¡Me fracturé el dedo! Me duele que jode.


Más atrás viene llegando todo el grupo y empiezan las conjeturas y las preguntas: "Chamo, ¿estás bien?"; “Debe ser que se dislocó”; “¿Te duele mucho”; "¿Puedes moverlo?"; “Es que venía manda'o”; “¿Se me rompió la lycra?, es que es nueva”.; “Si se hubiera fracturado estaría llorando”; “Pero, es que ese hueco no había cómo pasarlo”.


Finalmente, luego de la no intervención de nuestro paramédico-biker, el diagnóstico del grupo fue unánime: “Fue culpa del hueco” (…y de Diego por meternos por esta pica de

l *@#¡’ç1º&).


Juan Pablo empezó a hacer los contactos para avisar del accidente a su familia y avisar al médico. Desde allí bajamos a pie lo que quedaba del camino, mientras ZAG contactaba a su hermano para evacuar a Régulo y a Juan Pablo hasta la civilización lo antes posible.


A medio camino de subida por la carretera de asfalto, en la vía Cambural-Potrerito, nos encontramos con un viejo amigo, Enrique, quien gentilmente se ofreció a transportarlos hasta el estacionamiento de la iglesia, donde habían dejado su camioneta.


El resto de nosotros continuamos en las bicis hacia Los Castores, para dar por concluido nuestro accidentado paseo.



Epílogo


Al llegar al estacionamiento de Los Castores, descubrimos asombrados que Régulo y Juan Pablo todavía no se habían marchado, debido a que su camioneta había sido trancada por alguna persona que decidió dejar su carro ahí mientras asistía a misa. El grupo, solidario como siempre, trató de aportar soluciones constructivas: “Vamos a quemarle el carro”; “Ese carro no pesa nada, entre todos lo podemos mover”; “Qué va, lo levantas y te quedas con el parachoques en las manos”; “Tú le metes la mocha a la camioneta y lo quitas del medio”; “Seguro que debe estar en misa dándose golpes de pecho y echándoselas de buena gente”; “Lo que falta es que sea el carro del cura”; “¡¡¡¡¿A quién se le ocurre…?!!!!”.


Finalmente, la gente empieza a salir de misa y nuestro anónimo abusador nada que aparece. Por supuesto, tenía que salir casi de último, y tenía que llegar como si nada. Régulo le explica que tiene un dedo fracturado y que no ha podido marcharse a buscar atención médica porque su carro está obstruyendo el paso. El señor, apenado se disculpa. Por detrás de ellos se escucha una voz que dice: “Ese es el carro del padre”.

“¿Usted es el “Padre?” “Sí” (…)




El Video de The Camera Men